domingo, 24 de noviembre de 2019

TRATAMIENTO CON TESTOSTERONA: PRIMER AÑO, PRIMEROS CAMBIOS






Como sabéis, mi hijo empezó con tratamiento de testosterona en octubre del año pasado, tenía 13 años. En un post de noviembre del 2018, explico las razones de empezar con el tratamiento en ese momento. Este año ha sido vertiginoso en cuanto a los cambios que Aitor ha experimentado y de los cuales os quiero hacer partícipes.



Aitor empezó con 50 mg de Testex prolongatum cada 21 días que el endocrino aumentó a 75 mg a los 6 meses. Al principio no le notamos cambios muy destacables. La verdad es que los cambios madurativos han ido viniendo poco a poco, casi sin apreciarlos. De repente un día le miras y te das cuenta de que ha crecido, de que tiene bigotillo, de que la voz le está cambiando…

A medida que iban pasando los meses fue creciendo en altura de manera considerable, no le costó nada pasarme a mí y al poco ya estaba a la altura de su padre. Lo que no quiere decir que la testosterona les haga crecer, sino que es la propia maduración sexual provocada por el aumento de la hormona la que hace que se dispare el crecimiento más que en otras etapas de la vida (salvo en la de lactante que en todos los bebés el crecimiento es espectacular).

Como digo, de manera progresiva fue saliéndole más vello en el cuerpo, especialmente en las piernas, en la zona del bigote (de hecho, se ha iniciado ya en el mundo del afeitado) y en los genitales. Además del tamaño corporal general también le ha crecido el pene. Poco a poco se le ha ido cambiando la voz y le empezaron a salir los molestos y antiestéticos granos y espinillas en la cara. Tras el verano también se le empezó a notar la prominencia laríngea, comúnmente llamada "nuez". Él mismo se dio cuenta de ello hace dos meses aproximadamente.

Otro aspecto que me gustaría destacar y que me parece importante es que Aitor estaba empezando a desarrollar ginecomastia. Era una ginecomastia discreta, que bien podía ser debida a su síndrome o a una ginecomastia fisiológica que cualquier adolescente varón puede desarrollar en esta etapa, pero que en ese caso desaparecerá de manera espontánea. Para él era dolorosa a la palpación. Desapareció con el inicio del tratamiento con testosterona, casi desde el inicio. A nivel muscular, la verdad es que Aitor practica mucho deporte y tenía un buen desarrollo muscular, por lo que no le hemos observado un especial cambio en este sentido tras la administración de testosterona.

Actualmente está en el estadio III de Tanner (es la escala que se utiliza para la valoración de la maduración sexual a través del desarrollo físico y que define las medidas de volumen testicular y tamaño del pene en chicos, mamas en el caso de las chicas, desarrollo del vello púbico y axilar en ambos sexos).

Con respecto a intereses eróticos y sexuales también se le ha notado un cambio en este aspecto, con aumento de éstos, como le digo yo, está “más adolescente”. En cuanto a la capacidad de concentración, era un niño que no tenía especiales problemas, por lo que tampoco le hemos observado una mejoría en este aspecto. Aprobó 2º de la ESO con esfuerzo y la ayuda que le damos en casa, sobretodo en las matemáticas, como años anteriores.

No es de su agrado tener que ponerse una inyección cada 21 días. Le produce dolor después, no durante la administración, y al día siguiente. Hay que tener en cuenta que es un líquido oleoso y produce mayor malestar que otras inyecciones. Es conveniente que la enfermera que la va a administrar caliente con la mano el vial y cambie la aguja después de cargarla para pinchar con otra. De esta manera se minimizará el dolor. La verdad es que cada vez le molesta menos y pronto se le olvida, 21 días no pasan tan rápido...

Tampoco es fácil para su madre, que sufre con él con el pinchazo, pero observar cómo va desarrollando en madurez sexual al igual que sus colegas, que físicamente responde a las exigencias deportivas como los demás y que, en definitiva, es un adolescente más, compensa con creces ese difícil momento del pinchazo. La otra alternativa es el gel que tiene que aplicarse diariamente. Existe más experiencia en la inducción a la pubertad con el gel en EEUU que en nuestro entorno, por lo que nuestro endocrino no era partidario de ello. Aitor de momento también, prefiere olvidarse 21 días que tenerse que poner el gel diariamente. Así que así seguiremos hasta que podamos pasar al gel.

En próximos post seguiremos contando los progresos de Aitor con la testosterona. Un abrazo y mucho ánimo a aquellas familias que están en nuestra situación o que próximamente iniciarán la sustitución hormonal.

2 comentarios:

  1. hola!
    hacía mucho que no pasaba por aquí... madre mía!. Me alegro mucho que Aitor se encuentre tan bien. Mi hijo también ha sufrido un cambio brutal a mejor, la verdad. El tema del bullying/autoestima y demás ya parece que lo vamos llevando mejor. La verdad es que ha pasado su mejor verano. Yo le veo feliz dentro de la "tristeza" de los adolescentes de hoy en día. jajajaj
    Lleva ya 3 meses con el testex. De momento no apreciamos mucho cambio, ya que antes de comenzar con él, ya tenía bigotillo y los típicos gallos al hablar... iremos controlando su evolución, a ver qué tal.
    Cuidaros!

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  2. Hola,

    En primer lugar, pedirte disculpas por haber tardado en publicar tu comentario. Agradecemos mucho que compartas tu experiencia y nos alegramos profundamente de que poco a poco todo vaya mejor.

    ¿Tú crees que la testosterona le ha ayudado en el tema de la autoestima? La verdad es que tres meses no es mucho, y supongo que habrá empezado con una dosis baja, 50 mg, pero tengo experiencias de otros chicos que desde muy pronto les ayudó a sentirse mejor con ellos mismos. En el caso de Aitor también creo que ahora se siente mejor con él mismo.

    Aitor lleva 3 años con la testosterona (cómo pasa el tiempo), ahora mismo está con 100 mg cada 21 días. Ha crecido muchísimo (ya tengo que levantar la cabeza para mirarle... tampoco es que sea muy alta yo...), y su cuerpo va ganando en musculatura, aunque está muy delgado, el cambio de la voz ya evidente, el bigote que se tiene que afeitar cada vez más a menudo, los dichosos granos en la cara que le traen por el camino de la amargura, la nuez prominente... A nivel social también le veo mejor, es más capaz de relacionarse y tiene más amistades.

    Si te apetece nos vas contando cómo va evolucionando tu hijo con la testosterona más adelante. De momento, te enviamos un gran abrazo.

    Las mamás blogueras.

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